miércoles, 18 de abril de 2018

HORARIO CURSILLO PREMATRIMONIAL 21 y 22 de Abril en STBC

Sábado - Mañana

   9:30 h a 9:45 h Bienvenida. Acogida. Entrega de material
   9:45 h a 10:15 h Presentación (Sacerdote)
  
   10:15 h a 11:30 h 1ª Sesión: Proyecto de Vida Matrimonial (Inmaculada y Alfredo)
   11:30 h a 12:00 h Testimonio (Susana y José Antonio)
  
   12:00 h a 12:30 h Descanso
  
   12:30 h a 13:40 h 2ª Sesión: Amor Conyugal y Comunicación (Clara y José Luís)
      
   13:40 h a 16:00 h Comida

Sábado - Tarde

   16:00 h a 17:30 h 3ª Sesión: Sexualidad y Paternidad Responsable (Juani y Juan)  
  
   17:30 h a 17:45 h Descanso 
   
   17:45 h a 18:45 h Sesión: Jesús sale al encuentro (Teresa y Raimundo)
   18:45 h a 19:15 h Testimonio Iglesia (María y Agustín)

Domingo - Mañana

   10:00 h a 10:50 h 5ª Sesión: Sacramento y Liturgia del Matrimonio (Sacerdote)
  
   10:50 h a 11:05 h Descanso
      
   11:05 h a 12:20 h 6ª Sesión: Aspectos legales y prácticos del matrimonio (Ana y Juan)
     
   12:20 h a 12:50 h Encuesta. Entrega de certificados. Foto
      
   13:00 h a 13:45 h Misa

   13:45 h Fin del Cursillo

domingo, 25 de febrero de 2018

HORARIO PRÓXIMOS CURSILLOS PREMATRIMONIALES 3 y 4 de Marzo en STBC (Edith Stein)

Sábado - Mañana (9:30 h a 13:55 h)

     9:30 h a 10:00 h Bienvenida. Acogida.
   10:00 h a 10:30 h Presentación
  
   10:30 h a 11:00 h 1ª Sesión: Proyecto de Vida Matrimonial (Inmaculada y Alfredo)
   11:00 h a 11:30 h Taller caso práctico (Inmaculada y Alfredo)
   11:30 h a 12:00 h Testimonio (Susana y José Antonio)
  
   12:00 h a 12:30 h Descanso
  
   12:30 h a 12:55 h 2ª Sesión: Amor y Amor Conyugal (Clara y José Luís)
   12:55 h a 13:20 h 3ª Sesión: Comunicación (Clara y José Luís)
   13:20 h a 13:55 h Testimonio (Marta y Kike)
  
   13:55 h a 16:00 h Comida (14:10 h a 15:45 h)

Sábado - Tarde (16:00 h a 20:00 h)

   16:00 h a 16:30 h 4ª  Sesión: Jesús sale al encuentro (Teresa y Raimundo)
   16:30 h a 17:00 h Dinámica/Taller/Caso práctico (Teresa y Raimundo)
   17:00 h a 17:30 h Testimonio/Taller
    
   17:30 h a 18:00 h 5ªSesión: Sacramento del Matrimonio (D. Fausto)
   
   18:00 h a 18:30 h Descanso
  
   18:30 h a 19:00 h 6ª Sesión: Sexualidad (Pilar y Antonio)
   19:00 h a 19:30 h 7ª Sesión: Paternidad Responsable (Pilar y Antonio)
   19:30 h a 20:00 h Dinámica/Taller/Caso práctico

Domingo - Mañana (10:00 h a 13:45h)

   10:00 h a 10:30 h 8ª Sesión: Aspectos legales del matrimonio (Juan y Ana)
   10:30 h a 11:00 h 9ª Sesión: Aspectos prácticos del Matrimonio. Fidelidad (Juan y Ana)
   11:00 h a 11:15 h Testimonio/Taller

   11:15 h a 11:45 h Descanso
      
   11:45 h a 12:15 h 10ª Sesión: Liturgia del sacramento (Alberto)
     
   12:15 h a 12:30 h Encuesta de valoración.
   12:30 h a 12:50 h Entrega de los certificados de asistencia. Despedida
   12:50 h a 13:00 h Lecturas y Foto
    
   13:00 h a 13:45 h Misa

   13:45 h Fin del Cursillo 

martes, 7 de marzo de 2017

HORARIO APROXIMADO DE LOS CURSILLOS PREMATRIMONIALES EDITH STEIN

Sábado - Mañana (10:00 h)

   Bienvenida y Presentación.

   1ª  Sesión: Proyecto de vida en común (1 hora y media)

   - Café

   2ª  Sesión: Amor conyugal y comunicación (1 hora y media)

   - Comida


Sábado - Tarde (16:00 h)

   3ª  Sesión: Liturgia del sacramento (1 hora)

   4ª  Sesión: Paternidad responsable y sexualidad (1 hora y media)

   5ª  Sesión: Jesús sale al encuentro (1 hora)


Domingo - Mañana (10:00 h)

   6ª  Sesión: Aspectos legales del matrimonio. Fidelidad (1 hora y media)

   7ª  Sesión: El sacramento del matrimonio (1 hora)

   - Encuesta de valoración. Entrega de los certificados de asistencia. 

   - Santa Misa (13:00 h).

(puede sufrir alguna variación)

lunes, 30 de enero de 2017

INFIDELIDAD
¡He engañado a xxxx, le he sido infiel!
Sé lo que digo y quisiera que me escuchaseis sin severidad. Le he engañado todas las veces que no lo he acogido como persona, como marido, como amante, como padre. Le he engañado cuando he creído ser solo una madre, olvidando que antes era amiga, esposa. Le he engañado cuando he dejado que mi trabajo se interpusiera en nuestra relación, cuando cansinamente he preparado una cena aburrida y sosa encontrándome agotada hasta el extremo. Le he engañado cuando mi pereza innata ha trasformado el espacio doméstico en un inmenso ambiente de lavandería con cestas de ropa en continuo trasiego. Le he engañado cuando, persiguiendo esa terca última mota de polvo, lo he dejado solo mirando la puesta de sol desde la ventana de casa. Le he engañado cuando lo he puesto en un compromiso con mi naturaleza exuberante, sacrificando su afán de discreción. Le he engañado cuando he dejado que mis pecados de gula se volvieran tan notorios.
(Francesca y Mimmo)

domingo, 22 de enero de 2017

El Papa saluda al Tribunal de la Rota Romana en la apertura del Año Judicial

“Queridos jueces, oficiales, abogados y colaboradores del Tribunal Apostólico de la Rota Romana

Extiendo a cada uno de vosotros mi cordial saludo, empezando por el Colegio de los prelados auditores con el Decano, Mons. Pío Vito Pinto, a quien agradezco sus palabras, y el pro-decano, quien recientemente fue nombrado para este puesto. Os deseo a todos que vuestro trabajo esté a la enseña de la serenidad y del  amor ferviente de la Iglesia en este año judicial que hoy inauguramos.

Hoy me gustaría volver al tema de la relación entre la fe y el matrimonio, en particular, sobre las perspectivas de fe inherentes en el contexto humano y cultural en que se forma la intención matrimonial. San Juan Pablo II  explicó muy bien, a la luz de la enseñanza de la Sagrada Escritura, "el vínculo tan profundo que hay entre el conocimiento de fe y el de la razón [...].La peculiaridad que distingue el texto bíblico consiste en la convicción de que hay una profunda e inseparable unidad entre el conocimiento de la razón y el de la fe.. "(Enc. Fides et ratio, 16). Por lo tanto, cuanto más se aleja  de la perspectiva de la fe, tanto más, " el hombre se expone al riesgo del fracaso y acaba por encontrarse en la situación del « necio  ". Para la Biblia, en esta necedad hay una amenaza para la vida. En efecto, el necio se engaña pensando que conoce muchas cosas, pero en realidad no es capaz de fijar la mirada sobre las esenciales. Ello le impide poner orden en su mente (cf. Pr 1, 7) y asumir una actitud adecuada para consigo mismo y para con el ambiente que le rodea. Cuando llega a afirmar: « Dios no existe » (cf. Sal 14 [13], 1), muestra con claridad definitiva lo deficiente de su conocimiento y lo lejos que está de la verdad plena sobre las cosas, sobre su origen y su destino” (ibid., 17)

Por su parte, el Papa Benedicto XVI, en el último discurso que os dirigió recordaba  que "sólo abriéndose a la verdad de Dios [...] se puede entender, y realizar en  lo concreto de la vida, también en la conyugal y familiar, la verdad del hombre como hijo suyo, regenerado por el bautismo [...]. El rechazo de la propuesta divina, de hecho conduce a un desequilibrio profundo en todas las relaciones humanas [...], incluyendo la matrimonial "(26 de enero de 2013). Es muy necesario profundizar en la relación entre  amor y  verdad. "El amor tiene necesidad de verdad. Sólo en cuanto está fundado en la verdad, el amor puede perdurar en el tiempo, superar la fugacidad del instante y permanecer firme para dar consistencia a un camino en común. Si el amor no tiene que ver con la verdad, está sujeto al vaivén de los sentimientos y no supera la prueba del tiempo. El amor verdadero, en cambio, unifica todos los elementos de la persona y se convierte en una luz nueva hacia una vida grande y plena. Sin verdad, el amor no puede ofrecer un vínculo sólido, no consigue llevar al « yo » más allá de su aislamiento, ni librarlo de la fugacidad del instante para edificar la vida y dar fruto."(Enc. Lumen fidei, 27 ).

No podemos ignorar el hecho de que una mentalidad generalizada tiende a oscurecer el acceso a las verdades eternas. Una mentalidad que afecta, a menudo en forma amplia y generalizada, las actitudes y el comportamiento de los cristianos (cfr. Exhort. ap Evangelii gaudium, 64), cuya fe se debilita y pierde la originalidad de criterio interpretativo y   operativo para la existencia personal, familiar y social. Este contexto carentede valores religiosos y de fe,  no puede por menos que condicionar también el consentimiento matrimonial. Las experiencias de fe de aquellos que buscan el matrimonio cristiano son muy diferentes. Algunos participan activamente en la vida parroquial; otros se acercan por primera vez; algunos también tienen una vida de intensa oración; otros están, sin embargo, impulsados ​​por un sentimiento religioso más genérico; a veces son personas alejadas de la fe  o que carecen de ella.

Ante esta situación, tenemos que encontrar remdios válidos. Indico un  primer remedio en la formación de los jóvenes a través de un adecuado proceso de preparación encaminado a redescubrir el matrimonio y la familia según el plan de Dios. Se trata de  ayudar a los futuros cónyuges a entender y disfrutar de la gracia, la belleza y la alegría del amor verdadero, salvado y redimido por Jesús. La comunidad cristiana a la que los novios se dirigen está llamada a anunciar el Evangelio cordialmente a estas personas, para que su experiencia de amor puede convertirse en un sacramento, un signo eficaz de la salvación. En esta circunstancia, la misión redentora de Jesús alcanza al hombre y a la mujer en lo concreto de su vida de amor. Este momento se convierte para toda la comunidad  en una ocasión extraordinaria de misión. Hoy más que nunca esta preparación se presenta como una ocasión verdadera y propia de  evangelización para los adultos y, a menudo, de los llamados lejanos. De hecho, son  muchos los  jóvenes para los que el acercarse  de la boda representa una ocasión para encontrar de nuevo la fe, relegada durante mucho tiempo al  margen de sus vidas; por otra parte se encuentran en un momento particular, a menudo caracterizado por una disposición a analizar y cambiar su orientación existencial. Puede ser así un momento favorable para renovar su encuentro con la persona de Jesucristo, con el mensaje del Evangelio y la doctrina de la Iglesia.

Por lo tanto, es necesario que los operadores y los organismos encargados de la pastoral familiar estén motivados por la fuerte preocupación de hacer cada vez más eficaces los itinerarios de preparación para el sacramento del matrimonio, en pro del crecimiento no solamente humano, sino sobre todo de la fe de los novios. El propósito fundamental de los encuentros  es ayudar a los novios a realizar una inserción progresiva en el misterio de Cristo, en la Iglesia y con la Iglesia. Esto lleva aparejada una maduración progresiva en la fe, a través de la proclamación de la Palabra de Dios, de la adhesión y el generoso seguimiento de Cristo. El fin de esta preparación es  ayudar a los novios a  conocer y vivir la realidad del matrimonio que quieren celebrar, para que lo hagan no sólo válida y lícitamente, sino también fructuosamente, y para que estén dispuestos a  hacer de esta celebración una etapa de su camino de fe. Para lograrlo, necesitamos personas con competencias específicas y adecuadamente preparadas para ese servicio, en una sinergia oportuna entre sacerdotes y parejas de cónyuges.
Con este espíritu, quisiera reiterar la necesidad de un "nuevo catecumenado", en preparación al matrimonio. En respuesta a los deseos de los Padres del último Sínodo Ordinario, es urgente aplicar concretamente todo lo ya propuesto en la Familiaris consortio (n. 66), es decir, que así como para el bautismo de los adultos el catecumenado es parte del proceso sacramental, también la preparación para el matrimonio debe convertirse en una parte integral de todo el procedimiento de matrimonio sacramental, como un antídoto para evitar la proliferación de celebraciones matrimoniales  nulas o inconsistentes.
Un segundo remedio es ayudar a los recién casados ​​a proseguir el camino en la fe y en la Iglesia también  después de la celebración de la boda. Es necesario identificar con valor y creatividad, un proyecto de formación para las parejas jóvenes, con iniciativas destinadas a aumentar la toma de conciencia sobre el sacramento recibido. Se trata de animarles a considerar los diversos aspectos de su vida diaria como pareja, que es un signo e instrumento de Dios, encarnado en la historia humana. Pongo dos ejemplos. En primer lugar, el amor con que vive la nueva familia tiene su raíz y fuente última en el misterio de la Trinidad, de la que lleva siempre este sello a pesar de las dificultades y las pobrezas con que se deba enfrentar en su vida diaria. Otro ejemplo: la historia de amor de la pareja cristiana es parte de la historia sagrada, ya que está habitada por Dios y porque Dios nunca falta al compromiso asumido con los cónyuges el día de su boda; Efectivamente es "un Dios fiel  y no puede negarse a  sí mismo" (2 Tim 2:13) .
La comunidad cristiana está llamada a acoger, acompañar y ayudar a las parejas jóvenes, ofreciendo oportunidades apropiadas y herramientas – empezando por la participación en la misa dominical - para fomentar la vida espiritual, tanto en la vida familiar,  como parte de la planificación pastoral en la parroquia o en las agregaciones. A menudo, los recién casados se ven abandonados a sí mismos, tal vez por el simple hecho de que se dejan ver menos en la parroquia; como sucede sobre todo cuando nacen los niños. Pero es precisamente  en estos primeros momentos de la vida familiar cuando hay que garantizar más cercanía y un fuerte apoyo espiritual, incluso en la tarea de la educación de los hijos, frente a  los cuales  son los primeros testigos y portadores del don de la fe. En el camino de crecimiento humano y espiritual de la joven pareja es deseable que existan grupos de referencia donde llevar a cabo un camino de formación permanente: a través de la escucha de la Palabra, el debate sobre cuestiones que afectan a la vida de las familias, la oración, el compartir fraterno.
Estos dos remedios que he mencionado están encaminados a fomentar un contexto apropiado de fe en el que celebrar y vivir el matrimonio. Un aspecto tan crucial para la solidez y ​​la verdad del sacramento nupcial llama a los párrocos a ser cada vez más conscientes de la delicada tarea que se les ha encomendado en la guía del recorrido sacramental de los novios, para hacer  inteligible y real en ellos la sinergia entre foedus fides. Se trata de pasar  de una visión puramente jurídica y formal de la preparación de los futuros cónyuges a una fundación sacramental ab initio, es decir, de camino a la plenitud de su foedus-consenso elevado por  Cristo a sacramento. Esto requerirá la generosa contribución de cristianos adultos, hombres y mujeres, que apoyen al sacerdote en la pastoral familiar para la construcción de la "obra maestra de la sociedad, la familia, el hombre y la mujer que se aman” (Catequesis, 29 abril 2015) según “el luminoso plan de  Dios (Palabras al Consistorio Extraordinario, 20 febrero 2014).

El Espíritu Santo, que guía siempre y  en todo al pueblo santo de Dios, ayude y sostenga a todos aquellos, sacerdotes y laicos, que se comprometen  y se comprometerán  en este campo, para que no pierdan nunca el impulso y el valor de trabajar en pro de la belleza de las familias cristianas, a pesar de las ruinosas amenazas de la cultura dominante de lo efímero y lo provisional.
 Queridos hermanos, como ya he dicho varias veces,  hace falta  mucho valor para casarse en el momento en el que vivimos. Y cuantos tienen la fuerza y la alegría de dar este paso importante deben sentir a su lado el amor y la cercanía concreta de la Iglesia. Con esta esperanza, renuevo mis mejores deseos de buen trabajo para el nuevo año, que el Señor nos da. Os aseguro mi oración y cuento  con la vuestra  mientras os imparto de corazón la bendición apostólica”.

jueves, 14 de julio de 2016

210. En todo caso, si se reconocen con claridad los puntos débiles del otro, es necesario que haya una confianza realista en la posibilidad de ayudarle a desarrollar lo mejor de su persona para contrarrestar el peso de sus fragilidades, con un firme interés en promoverlo como ser humano. Esto implica aceptar con sólida voluntad la posibilidad de afrontar algunas renuncias, momentos difíciles y situaciones conflictivas, y la decisión firme de prepararse para ello. Se deben detectar las señales de peligro que podría tener la relación, para encontrar antes del casamiento recursos que permitan afrontarlas con éxito. Lamentablemente, muchos llegan a las nupcias sin conocerse. Sólo se han distraído juntos, han hecho experiencias juntos, pero no han enfrentado el desafío de mostrarse a sí mismos y de aprender quién es en realidad el otro.